La principal prioridad al tener un conejo es brindarle una correcta nutrición. La mayoría de los problemas de salud en conejos proceden de una alimentación mal hecha, y pueden ser evitados con una dieta adecuada.

Los conejos tienen un aparato digestivo muy delicado, con un complejo funcionamiento y una flora intestinal diversa con un equilibrio muy inestable. Una dieta inadecuada, una golosina indebida dada en un mal momento, un susto, o un cuadro de stress pueden provocar alteraciones digestivas muy serias, incluso mortales.

La base de la alimentación de un conejo debe ser el forraje, básicamente el heno. Una buena cantidad de heno de calidad debe estar siempre disponible. Existen muchos henos en el mercado, algunos complementados con flores, verduras u hojas de plantas. Coloca el heno en su pesebre, y verás que tu conejo masticará continuamente briznas de este forraje. Asegúrate de que está limpio, fresco y seco. No debe estar por el suelo, ya que se ensuciaría y podría provocar intoxicaciones o problemas de digestión. Aparte del heno, esporádicamente podrás ofrecer otros forrajes como alfalfa, paja, ramas finas, cortezas…

Lo siguiente que no le puede faltar a tu conejo son las verduras frescas. Si no está acostumbrado a ellas, es preferible que al principio seas moderado, ya que algunos alimentos frescos pueden favorecer la aparición de diarreas, sobre todo en conejos muy jóvenes. Ve introduciéndolas poco a poco a lo largo de una semana aproximadamente. Una vez que tu conejo esté acostumbrado a ellas, debes ofrecerle un abundante manojo de verduras variadas dos o tres veces al día.

Las verduras más adecuadas para tu conejo son las verduras de hoja, como canónigo, rúcula, endibia, espinaca, repollo, hierba, acelga, lechuga, berza, grelo… También, aunque en menor proporción, puedes darle verduras más carnosas como coliflor, apio, alcachofa, vainas de judía, pepino, pimiento, brócoli, calabacín. También puedes darle las hojas de los puerros, tallos de zanahoria, etc. Las partes preferidas son las más fibrosas, como los tronchos, los tallos y las hojas duras más exteriores de las plantas comestibles. Las mezclas para ensalada que se venden envasadas en fresco en los supermercados pueden ser una buena solución, aunque hay que evitar las que llevan demasiada zanahoria rallada.

Como complemento al heno y las verduras, dispones de multitud de piensos y mezclas. Este tipo de alimentos es importante, pero no fundamental; un conejo puede estar muchos días sin comer pienso, pero no debe pasar ni un solo día sin que coma forraje y verduras. Los piensos preferibles son los que vienen en “pellets” o “sticks”, palitos o bolas sin colores ni formas diferentes, y sin elementos diversos en su composición, para evitar que el conejo escoja.

Tendemos a dar demasiada cantidad de pienso, lo que impide que el conejo coma todo el heno que debería. ¡El comedero NO DEBE estar permanentemente lleno! Lo adecuado es que ofrezcas un poco de pienso (una cucharada sopera, o incluso menos) dos o tres veces al día.

Usa un comedero pesado para que tu conejo no pueda volcarlo con facilidad. El material del comedero debe ser duro, resistente a la dentadura de un conejo, como metal, resina o cerámica.

Asegúrate de que está limpio y en buenas condiciones.

Hay alimentos especialmente formulados, que mezclan heno, verduras, espigas y otros vegetales, de forma que no es necesario suplementar pienso al conejo. Este tipo de alimentación es posiblemente la más adecuada por ser la más similar a la natural.

Como premio especial, puedes darle ocasionalmente frutas o verduras con más carbohidratos, como manzana, piña, melón, calabaza, frutos rojos, zanahoria, tomate, etc. Nuestro consejo es que te reserves estos alimentos como herramienta educativa, para premiar las buenas conductas.

Los cereales en grano, las semillas y las legumbres secas son alimentos que no le convienen a tu conejo. Evita también la multitud de golosinas para conejos que existen en el mercado, que son muy poco recomendables. Usa todos estos alimentos con muchísima moderación, y así evitarás la obesidad y diversos problemas digestivos.

¡Mucho cuidado con las plantas de casa! La mayoría de las plantas ornamentales que tenemos en nuestros hogares son venenosas o irritantes, de manera que no debes permitir a tu conejo que se coma las plantas de casa.

Todos los alimentos con poca fibra y muchos hidratos de carbono (pan, galletas, bollería…) están prohibidos, ya que podrían alterar las fermentaciones de su digestión y provocarles diarreas graves.

Otros alimentos prohibidos, por no formar parte de la dieta natural de los conejos, son todos los derivados cárnicos (fiambres, embutidos.), los lácteos (yogur, helados, quesos.), el huevo, las bebidas alcohólicas, los dulces, y todos los alimentos humanos procesados.

El agua es una de las cosas que nunca deben faltar. Asegúrate de que tu conejo bebe abundantemente para mantenerse hidratado y hacer una correcta digestión.

Los bebederos más recomendables son los verticales de tipo biberón, colocados por fuera de la jaula para que no puedan ser roídos. Un cuenco abierto se ensuciará inevitablemente, y podrá ser volcado con facilidad.

Mantén el bebedero siempre lleno, asegúrate de que no pierde, y que hay un consumo regular de agua. Es importante que lo laves a diario, para evitar que se contamine o desarrolle verdín. Para evitarlo, puedes añadir unas gotas de vinagre de manzana en el agua de bebida, cosa que además mejora la digestión del conejo y previene cristales en su orina. Además, su sabor suele ser muy del gusto de los conejos, lo que hace que beban más y estén más sanos.

Hay una serie de peculiaridades acerca del aparato digestivo de los conejos que es interesante que conozcas:

En primer lugar, los conejos necesitan tener el tubo digestivo siempre lleno de fibra vegetal. Por eso siempre están masticando heno, para que nunca les falte contenido en su vientre. Tanto es así, que los conejos son incapaces de vomitar. Su vientre debe estar siempre lleno, redondeado y con una consistencia densa pero no dura.

Acostúmbrate a palpar a menudo la barriga de tu conejo, al menos una vez por semana. Si su abdomen se palpa vacío, fofo y blando, o bien si se nota duro, hinchado y demasiado lleno, debes acudir rápidamente a consultar a un veterinario ya que su salud corre peligro.

También es una urgencia si ves que tu conejo deja de comer, si deja de hacer caca, o si aparecen diarrea o heces blandas.

En segundo lugar, los conejos necesitan hacer dos digestiones de la comida para estar sanos. Para ello, eliminan unas masas de comida parcialmente digerida por el ano, llamadas cecotrofos. Son de color marrón-verdoso, blandas, arracimadas y envueltas en mucosidad. Al eliminarlas por el ano, se las comen para hacer la digestión completa del alimento. Se parecen a una caca, pero no son cacas. No te asustes si ves que tu conejo las come. ¡No se lo impidas, ya que es fundamental para su salud! Las verdaderas heces de conejo son bolitas marrones oscuras, secas, duras y sin olor. Las reconocerás fácilmente.

En tercer    lugar, y    como    parte del aparato digestivo, los dientes son un asunto de muchísima importancia en    los    conejos. Crecen durante toda la vida, lo que puede ser problemático si no se controla de forma adecuada.

Ante todo, tu conejo debe masticar continuamente para mantener las muelas desgastadas. Por eso es tan importante que siempre tenga forraje fibroso a su disposición. Para desgastar los incisivos, nunca deben faltar al menos un par de objetos para roer: Troncos, caseta, juguetes, bloques, ramas… Si coges partes de un árbol, asegúrate de que éste no sea aromático ni resinoso, y de que no esté tratado con productos químicos ni expuesto a contaminación (carreteras, etc.). Las partes que ofrezcas a tu conejo pueden ser desecadas u horneadas para matar posibles plagas y para que perduren más tiempo sin deteriorarse.

Es importante que supervises su dentadura con frecuencia, para asegurarte de que el desgaste es adecuado. Los incisivos deben mantener un crecimiento alineado, un corte prácticamente recto, y ser más o menos igual de largos los superiores que    los    inferiores. En las visitas de tu conejo al veterinario, se deberían revisar también sus muelas para asegurarse de que están bien desgastadas.

Como sus dientes crecen toda la vida, algunos conejos podrían necesitar un cierto aporte extra de calcio y fósforo, según cuál sea su dieta. La mayoría de las dietas para conejos tienen suficientes minerales, por lo que no suele ser necesario suplementarlos. En las tiendas de mascotas encontrarás bloques minerales para que roan según lo vayan necesitando. ¡Ojo con ellos! En primer lugar, no sirven para desgastar los incisivos, no son lo suficientemente duros. Y en segundo lugar, tu conejo debe tener abundantes entretenimientos, o si no roerá la piedra mineral por puro aburrimiento, lo que podría provocar excesos de minerales, peligrosos para su salud.