¿COMPRENDES A TU GATO PANTERA FELINO?

¿Disfrutas de la compañía de un gato? Habrás notado que a menudo hace cosas “raras”, impredecibles, sin que logres saber por qué. ¿Lo comprendes y lo cuidas adecuadamente? ¿Crees que es feliz? Si te has hecho estas preguntas, seguro que de primeras respondes que “si” con bastante seguridad: En su comedero nunca falta un buen pienso, lo llevas a vacunar y desparasitar periódicamente, lo peinas y le ofreces un cojín cómodo para que descanse… Vamos, que tu minino vive como un rey. Y sin embrago ahí está con sus rarezas y sus arrebatos. La verdad es que, aunque son importantes para su salud, todos esos privilegios que te mencionaba no son la clave de la felicidad de tu gato.

UNA PANTERA EN TU HOGAR

Los gatos son unos incomprendidos. Te voy a contar un secreto: en realidad tu gato no es un animal doméstico. ¡Como lo oyes! Los gatos son animales salvajes, con patrones de comportamiento de animal salvaje, con necesidades de animal salvaje y con expectativas de animal salvaje. La única salvedad es que el ecosistema donde habitan estos animales salvajes son nuestros hogares. Llevan con nosotros solamente unos 5000 años (un parpadeo si lo comparamos con otros animales domésticos), y en este escasísimo tiempo apenas han podido adaptarse de su desierto natal a nuestras casas en medio mundo. Sin embargo, nos empeñamos erróneamente en que nuestras panteras domésticas sean peluches, perritos, personas o autómatas.

Los gatos que viven en otros ecosistemas diferentes de un hogar humano nos enseñan la conducta natural de nuestras panteras domésticas: Son animales solitarios, cazadores de presas pequeñas, más activos durante el crepúsculo, ágiles trepadores, esmeradamente higiénicos, y tan profundamente territoriales que controlan cada centímetro de sus espacios. Para entender a tu gato debes verlo así, como un depredador en su territorio. Y para que se libre del aburrimiento y la angustia, y muestre una conducta equilibrada y feliz, debes seguir unas sencillas pautas que permitan que saque la pantera que lleva dentro.

EL TERRITORIO DE LA PANTERA

Uno de los aspectos más importantes para la vida de tu gato es su territorio. El territorio para un gato es como la familia para un ser humano. Le da seguridad, apoyo y bienestar emocional. Tu gato cuidará de su territorio, porque sabe que su territorio es bueno para él. Si le cambias de territorio, no se adaptará con facilidad (¡imagínate si te cambiaran de familia!). Las nuevas incorporaciones al territorio (muebles, humanos, animales.) serán recibidas con recelo. Así que ¡cuidado con las mudanzas!

La organización del espacio generalmente sigue un patrón: El centro del territorio se señala con marcas de uñas sobre una superficie visible, porosa, vertical y estable. ¿Se te ocurre algo que reúna todas estas características? Acertaste. ¡Tu sofá! Tienes un reto por delante, que es lograr que el rascador que le ofrezcas sea más atractivo que tu sofá (más visible, más estable. es difícil pero no imposible). Alrededor de estas señales está el espacio central del territorio, la “zona segura”. En todos los rincones y niveles de esa zona segura tu gato descansará, comerá, hará vida social y se aseará. Recuerda que tu gato es un animal trepador, ¡dale la oportunidad de utilizar todo el espacio, desde debajo de la alfombra hasta encima de la estantería! Un par de cojines o mantas estratégicamente colocados permitirán que compartáis el salón sin conflictos. Es buena idea que el comedero esté bien separado del bebedero, y que haya más de uno de cada. Es recomendable que los bebederos sean transparentes o de color muy claro, y muy grandes (para que sus sensibles bigotes no toquen los bordes). Verás que frotará su cara y sus flancos por toda esta área para dejar un aroma especial, que le transmite sensación de seguridad y bienestar. Cuando tu gato se frota contra algo o contra ti, está diciendo que eres parte de “su” mundo, lo cual es positivo.

El espacio alrededor de la zona segura será el área “activa”, zona de caza y ejercicio. Debes fomentar el juego y el acecho por el pasillo de tu piso, reserva la zona segura para actividades sosegadas. Las zonas más apartadas serán las elegidas para hacer las necesidades (de hecho, las fronteras del territorio se marcarán con orina). Dale la oportunidad de hacer sus necesidades en un lugar alejado y tranquilo (baño, cocina, terraza). Mantén sus bandejas higiénicas bien cuidadas y limpias. A ti no te gusta hacer tus necesidades en un inodoro sucio, a él tampoco. Tu gato también usará la periferia para buscar refugio en las emergencias, así que es bueno que le prepares un refugio seguro en la zona menos transitada de la casa (para evitar que se esconda en el cajón de la ropa interior, por ejemplo). Lo ideal es que su propio trasportín sea su refugio, para que este “espacio seguro” le acompañe en sus salidas de casa.

UN DEPREDADOR DE TALLA XXS

Aparte de organizar su espacio, tu pantera doméstica también va a organizar su tiempo y sus hábitos de forma esmerada. Verás que tendrá rutinas y zonas de tránsito preferidas, respétaselas. Como depredador crepuscular, su momento de máxima actividad es al atardecer y en las primeras horas de la noche. Durante el día alternará un poco de descanso y aseo personal con mucha exploración y revisión del territorio. La alimentación suele ser en pequeñas cantidades muchas veces al día, simulando la caza de pequeñas presas (¡más de 10 veces al día!).

Una de las principales ideas con las que debes romper si deseas que tu gato sea feliz, es con la tradicional imagen del “minino de sofá”. ¡Un depredador salvaje no está todo el día tumbado! Y sin embargo ahí lo tienes: aburrido, desmotivado y sin retos en su cómoda vida… ¿Te imaginas toda tu vida con el trasero sentado en un sillón? La base de la felicidad de tu pantera doméstica está en la actividad, física y mental. El juego y la comida son tus principales bazas para que tu gato se mantenga activo. Estimúlale a “acechar y cazar” juguetes al anochecer: plumeros, cañas de pescar, ratones de cuerda, cordeles. ¡Nunca tus manos! Si juegas con juguetes, tu gato acechará y depredará juguetes. Si juegas con tus manos, tu gato acechará y depredará tus manos… ¡o tus pies, o tu trasero!

Con la comida, no se lo pongas fácil, intenta que se enfrente a retos y que deba esforzarse por resolverlos. Reparte la comida en varios comederos con localizaciones variables y difíciles. Esconde parte de su pienso para que lo encuentre mediante el olfato. Enciérraselo en bolas de alimentación, cajas de cartón o calcetines anudados con pequeños orificios. Envuelve algunos granitos en bolas de papel que lanzarás para que sean “cazadas”. Usa tu imaginación y haz que tu gato luche por conseguir su alimento. Al fin y al cabo, en la vida no hay nada más satisfactorio que resolver retos.

PANTERAS… ¿EN MANADA?

Decíamos que la conducta natural de un gato es la de un ser solitario, que no necesita de la cooperación para desenvolverse. Así, los gatos no son animales sociales, no necesitan formar grupos ni entienden conceptos como la solidaridad o la jerarquía. Sin embargo, esto no quiere decir que no sean sociables (con B). Cuando hay abundantes recursos (espacio, alimento.), pueden convivir y aceptar de buena gana la compañía y el cariño de otros seres.

Esto es lo que sucede en las colonias felinas. También sucede cuando un gato habita en un hogar humano, ya que los recursos van a ser siempre abundantes. ¿o no? Cuando más de una pequeña pantera habita en el mismo hogar, es fácil que surjan conflictos por el territorio o debido a la competición por algunos de los recursos. La experiencia demuestra que cuanto más haya de cada cosa, menos enfrentamientos habrá. La recomendación es tener, de cada elemento, uno más que el número de gatos. Así, para dos gatos debería haber al menos tres bandejas, tres cojines, tres comederos, etc.

Aunque acepte la convivencia y el contacto social, esto no implica que tu pantera doméstica se vaya a dejar manosear todo el día. ¡Te recuerdo que se trata de un animal solitario e independiente! Hay gatos que adoran las caricias, pero la mayoría simplemente las toleran hasta un cierto punto. Acostúmbrale desde pequeño al contacto, procede siempre de menos a más, y acepta los límites que te marque. Si no le apetece que lo achuches y lo achuchas, lo único que conseguirás será un mal gesto o un arañazo. Conócelo y obsérvalo. Deja que sea él quien te indique cuándo y cuánto acariciarlo.

Por último, ten en cuenta que tu gato depende de ti. Estás al cargo de su salud, su sustento y su higiene, y tu papel debe ser el de velar por él. Conociendo su manera de ver el mundo, podrás evitar conflictos y favorecer su bienestar. No vas a conseguir que actúe como un perro, ni que piense como una persona. Evita las experiencias traumáticas y los enfrentamientos. Interactuando con él en positivo mejorarás vuestro vínculo. Si le brindas saludables estímulos a diario, dinamizarás su cuerpo y su mente, con lo que no sólo favorecerás su estado físico y emocional, si no que mejorarás vuestra relación. ¡De ti depende!

LOS 10 MANDAMIENTOS FELINOS

Como ves son muchas las cosas a tener en cuenta, y tal vez se te haga un poco complicado tener en cuenta tanta información. Podemos resumir todo lo dicho en un listado de 10 “mandamientos” que podrás cumplir y revisar con facilidad:

1-    Evita los cambios bruscos en el territorio de tus gatos.

2-    Proporciónales un rascador visible, vertical, firme, estable y poroso o fibroso.

3-    Permíteles moverse y descansar en las tres dimensiones. Tus gatos quieren y deben trepar.

4-    Dispón varios comederos y bebederos separados los unos de los otros.

5-    Usa la comida para plantearles retos y estimular su actividad. Que se ganen su alimento.

6-    Juega con tus gatos en los momentos y lugares adecuados. Usa juguetes, no las manos.

7-    Ten un número adecuado de bandejas higiénicas. Mantenlas apartadas, limpias y cuidadas.

8-    Proporciónales un número adecuado de refugios seguros, cómodos y aislados.

9-    Interactúa con ellos solo si te lo piden. Detente antes de que no se sientan a gusto.

10-    Conoce y respeta sus conductas. No seas fuente de conflictos, se fuente de bienestar.