Como dijimos en apartados anteriores, la higiene general es muy importante para la salud de tu mascota. No sólo sirve para que nuestro amigo esté bonito y limpio, si no que ayuda a mantener en buen estado su piel, que es la primera barrera contra las enfermedades y las agresiones externas.
La piel y el pelo:
De la misma manera que con la reproducción, no podemos extrapolar las necesidades higiénicas de las personas a las de nuestro gato. Su piel y su pelo son muy diferentes a los de las personas, y reaccionan de forma diferente. ¡Es impensable que nuestro gato se bañe todos los días!
Una parte importante de la barrera cutánea es el manto lipídico, formado por la secreción de las glándulas sebáceas. Si falta, la piel y el pelo estarán resecos y mates. Si es excesivo, se pondrá rancio y producirá un desagradable olor. De forma natural, la piel de tu gato segrega la cantidad adecuada.
Tu gato mantendrá una higiene impecable por si mismo. Salvo casos excepcionales, no es habitual tener que bañar a un gato. Cada baño es una agresión que elimina el manto lipídico, y la piel responde segregando una nueva capa, más gruesa. Si bañamos en exceso, habrá exceso de sebo, que se pondrá rancio, y el animal tendrá un olor más fuerte. Esto puede desembocar en un círculo vicioso que deteriore la piel del gato. Debes usar la lógica, y bañar a tu gato sólo si se hace necesario (si se revuelca en suciedad, por ejemplo), y no según un calendario. Para el baño, usa siempre un champú específico para gatos, mejor si es uno diseñado para su tipo de pelo. Nunca uses champú de personas, pues sería irritante para tu mascota. Después del baño, debes secar a fondo a tu gato, para evitar que se acatarre, por lo que es mejor hacerlo a mediodía y en días con sol.
Debes cepillar a tu gato con frecuencia. Con el cepillado todo son ventajas: estimula la circulación cutánea, reaviva los folículos, elimina pelo muerto y suciedad, y da brillo y fuerza a la capa del animal… En gatos de pelo largo, es fundamental el cepillado diario, para evitar que se formen nudos. Es mucho mejor una sesión corta y sencilla todos los días, que una lucha dificultosa y larga una vez por semana.
Según la raza de tu gato, puede necesitar sesiones periódicas de peluquería. Las razas de pelo largo o muy espeso necesitan peluquerías más frecuentes, incluso cada dos meses o cada mes. Depende de ti y de tus preferencias el tipo de arreglo, aunque cada raza tiene algunos estilos típicos. Acude siempre a profesionales cualificados como nosotros para realizar la peluquería de tu mascota, ya que el manejo de cuchillas y peines especiales no está exento de riesgos.
Ten en cuenta que el pelo protege a tu animal del frío, pero también del calor excesivo. Existe la costumbre de “pelar” a los gatos en verano, lo cual no siempre es adecuado, ya que la piel queda más expuesta a los rayos del sol.
Además, es probable que tu gato necesite cortes de uñas periódicos. Algunos gatos gastan sus uñas lo suficiente en su rascador, pero en ocasiones no es así. Es conveniente que aprendas a cortárselas o que lo traigas a nuestra consulta cuando le hayan crecido.
Otros cuidados concretos:
Todos los gatos necesitan tomar, en mayor o menor medida, pasta de malta para evitar que se formen bolas con el pelo que ingieren durante el aseo. En razas de pelo largo o en gatos muy sensibles, puede ser necesario darla incluso a diario. Por lo general, una o dos veces por semana son suficientes.
Hay una gran cantidad de cosméticos a tu disposición, que puedes usar con moderación y con sensatez. Algunos te ayudan a facilitar la higiene, como los champús secos, los desenredantes o los limpiadores, y otros hacen que tu gato esté más guapo, como las colonias y los abrillantadores.
Hay varios puntos a los que puedes prestar una atención especial: para evitar la aparición de otitis conviene hacer una limpieza de oídos semanal o quincenal con un limpiador específico. También existen limpiadores oculares, muy útiles para eliminar las legañas y prevenir conjuntivitis. Las glándulas anales, situadas a ambos lados del ano, deben revisarse cada semana.
Salud Oral:
Un apartado muy importante para el bienestar de tu mascota es la salud oral. No existe mucha cultura de cuidados orales en los gatos, pero los estudios demuestran que es un punto de vital importancia desde el primer día.
Como mamífero carnívoro que es, tu gato tiene un primer juego temporal de dientes (dientes de leche), que entre los 4 y los 6 meses se caen para dejar paso a la dentadura definitiva. Debes revisar que este cambio sucede correctamente.
Cada vez existen más productos y servicios para mantener la salud oral de forma sencilla y efectiva. Desde los propios piensos de gama alta, con propiedades beneficiosas para la boca, hasta cepillos y pastas de dientes especiales, pasando por golosinas y juguetes con efectos favorables para dientes y encías.
Una costumbre muy recomendable, que todos los propietarios de gatos deberían tener, es cepillarle los dientes a su amigo semanalmente. La primera vez puede ser difícil, pero cuando nuestra mascota se acostumbre, lo aceptará de buena gana. Tenemos cepillos y pastas de dientes especiales a tu disposición, con sabores y texturas que les encantan a los gatos. El cepillado frecuente limita la aparición de sarro y hace que el aliento de tu gato sea mucho más suave.
El segundo punto importante es la limpieza de dientes, que se realiza en nuestra clínica veterinaria con aparatos de ultrasonidos. La frecuencia de estas limpiezas depende de la tendencia que tenga tu gato a formar sarro. Por regla general, los gatos de morro chato necesitarán más de una limpieza anual. Los gatos con hocico común suelen tener suficiente con una limpieza dental al año. Los persas y sus cruces tienen una tendencia muy marcada a padecer problemas dentales, y se les debe limpiar la boca frecuentemente.
Las extracciones dentales se pueden hacer necesarias en varios supuestos: cuando no se caen los dientes de leche, que deben ser retirados para evitar que deformen la boca; Cuando hay una rotura de diente que exponga la pulpa y predisponga a infecciones; y cuando aparece caries, que aunque es muy rara en el gato, es causa de problemas orales serios.