La higiene es muy importante para la salud de tu mascota. No sólo sirve para que esté bonita y limpia, si no que ayuda a mantener en buen estado su piel, que es la primera barrera contra las enfermedades y las agresiones externas. Igual que con la reproducción, no podemos equiparar las necesidades higiénicas humanas y las caninas. Su piel y pelo son muy diferentes a los tuyos, y reaccionan de forma diferente.

El baño:

Es uno de los puntos más diferentes de la higiene canina. ¡Es impensable que tu perro se bañe todos los días! Los baños no deben ser demasiado frecuentes para no alterar el manto lipídico, que es la protección de la piel, segregado por las glándulas sebáceas. Si falta, la piel y el pelo estarán resecos, agrietados y mates. Si es excesivo, se pondrá rancio y producirá el típico olor “a perro”. De forma natural, la piel sana segrega la cantidad adecuada. Cada baño con un champú inadecuado elimina esta capa protectora, y la piel responde segregando una nueva capa más gruesa. Si bañamos en exceso, habrá exceso de sebo, que se pondrá rancio, y el animal tendrá un olor más fuerte. Cuanto más bañes a tu perro, peor olerá. Esto puede desembocar en un círculo vicioso que deteriore la piel del perro. No hay una norma para determinar la frecuencia de los baños. Debes usar la lógica, y bañar a tu perro si se hace necesario (si se revuelca en suciedad, por ejemplo), y no según un calendario. ¡Puedes estar todo el año sin bañar a tu perro, no pasa nada! Para el baño, usa siempre un champú para perros, mejor si es específico para su tipo de piel y pelo. Nunca uses champú de personas, pues sería irritante para su piel. Después del baño, debes secar a fondo a tu perro, para evitar que se acatarre, por lo que es mejor hacerlo a mediodía y en días con sol.

Peinado y cepillado:

Debes peinar o cepillar a tu perro a diario ¡o incluso dos veces al día! Con el cepillado todo son ventajas: Estimula la circulación cutánea, reaviva los folículos, elimina pelo muerto y suciedad, y da brillo y fuerza a la capa del animal. En perros de pelo largo, es fundamental el peinado diario, para evitar que se formen nudos. Es mucho mejor una sesión corta y sencilla todos los días, que una lucha dificultosa y larga una vez por semana.

Siempre debes de utilizar el tipo de peine o cepillo adecuado para el pelo de tu perro. Infórmate con nosotros o con un profesional de la peluquería canina acerca de la herramienta más adecuada y de la forma de usarla.

Según la raza de tu perro, puede necesitar sesiones periódicas de peluquería. Las razas de pelo largo, duro, rizado o muy espeso necesitan peluquerías más frecuentes, incluso cada dos meses o cada mes. Depende de ti y de tus preferencias el tipo de corte, aunque cada raza tiene algunos estilos típicos. Acude siempre a profesionales cualificados para realizar la peluquería de tu mascota, ya que el manejo de cuchillas y peines especiales no está exento de riesgos.

Ten en cuenta que el pelo protege a tu animal del frío, pero también del calor excesivo. Existe la costumbre de “pelar” a los perros en verano, lo cual no siempre es adecuado, ya que la piel queda más expuesta a los rayos del sol.

Otros cuidados para la piel y el pelo:

Existen gran cantidad de productos que complementan la higiene general de la piel.

Los productos de limpieza en seco (espumas, polvos, lociones, toallitas) te permiten reforzar la higiene general sin necesidad de recurrir a un baño con agua y champú. Pueden ser una buena alternativa para usar entre baño y baño.

Para determinados tipos de pelo, puede resultarte útil disponer de productos complementarios, como desenredantes, antiapelmazantes, facilitadores de la muda, abrillantadores… Si eres de olfato sensible, dispones de productos para el olor, como colonias específicas para perros, sustancias anti-olor para aplicar en su pelo, o neutralizadores de olor para el ambiente. Hay productos para mantener sanas y fuertes las almohadillas, que en perros deportistas o de patas delicadas son muy recomendables.

Existen limpiadores específicos para determinadas zonas: Limpiadores oculares, útiles para eliminar las legañas de los lacrimales y prevenir conjuntivitis; Limpiadores genitales para la suciedad de las partes íntimas, que evitan infecciones de la zona…

Finalmente, cada vez hay más cosméticos caninos, como tintes para el pelo, lacas de uñas, etc. Suelen ser irritantes y suponen una humanización (totalmente contraproducente para una correcta educación de tu perro), además de una fuente potencial de stress y problemas, por lo que no aconsejamos su uso.

Corte de uñas:

Es posible que tu perro necesite corte de uñas. Algunos perros las gastan lo suficiente, pero otros no. En ocasiones basta con limarlas, pero conviene aprender a cortárselas.

Usa siempre un cortaúñas específico para su tamaño. El corte debe ser perpendicular al eje de la uña, y hacerse a la altura adecuada. Si sigues la línea que te marca el plano de la almohadilla, estarás en el punto correcto.

En el caso de que te pases con el cortaúñas y sangre, no te preocupes, ya que no es una lesión de importancia. Tapona la herida con una gasa durante varios minutos, hasta que pare de sangrar. La uña crecerá con rapidez y reparará en defecto.

Higiene de Oídos:

Es importante mantener limpios los oídos de tu perro, o podrá aparecer la peligrosa y desagradable otitis. Algunas razas son especialmente propensas a ella.

El primer punto importante de la higiene ótica es mantener el oído despejado de pelos. En algunos perros crece abundante pelo en el canal auditivo, que tapona en conducto e impide que el oído respire adecuadamente.

Suelen ser pelos muy laxos y fáciles de arrancar con las yemas de los dedos. Es buena costumbre sacar a diario una pequeña cantidad de pelo para mantener el oído despejado.

Aparte de eso, suele ser necesario hacer limpieza de oídos con periodicidad quincenal o mensual, aproximadamente. Nunca debes usar bastoncillos o algodones, que limpian sólo la parte externa, pero apelmazan la suciedad en la zona más profunda del canal auditivo. Se hace aplicando un chorro de líquido limpiador, dando un masaje intenso (que es muy placentero para tu perro), y a continuación dejando que se sacuda con fuerza.

Por último, limpia y seca el oído con papel higiénico o similar. De esta forma eliminas en profundidad el cerumen y otros restos que se acumulan en el canal auditivo.

Vaciado de perianales:

A cada lado del ano, un poco hacia abajo, los perros tienen las glándulas (o sacos) perianales. Éstas segregan un líquido espeso con un olor especial, muy importante para la comunicación olfativa de los perros. En algunos individuos, tienden a llenarse en exceso o a obstruirse, de modo que es importante revisarlas semanalmente mediante palpación, y si están muy abultadas o duras, vaciarlas. De no hacerse así, se pueden formas fístulas anales, que son muy dolorosas y desagradables.

El vaciado de perianales se debe hacer con guantes y papel, dado que sus secreciones manchan mucho y tienen un olor muy intenso. Es conveniente que te enseñemos a hacerlo en una visita a la clínica. Para hacerlo en casa, basta con abarcar con la mano ampliamente alrededor del ano, y presionar con suavidad al principio, y un poco más intensamente a medida que va saliendo el líquido. La secreción puede salir disparada si es muy fluida, o más lentamente cuando es espesa.

Higiene Oral:

Un apartado muy importante para el bienestar de tu mascota es la salud oral. No existe mucha cultura de cuidados orales en los perros, pero los estudios demuestran que es un punto de vital importancia.

Como mamífero carnívoro que es, tu perro tiene un primer juego temporal de dientes (dientes de leche), que entre los 4 y los 6 meses se caen para dejar paso a la dentadura definitiva. Debes revisar que este cambio sucede correctamente.

Cada vez existen más productos y servicios para mantener la salud oral de forma sencilla y efectiva. Desde los propios piensos de gama alta, con propiedades beneficiosas para la boca, hasta cepillos y pastas de dientes especiales, pasando por golosinas y juguetes con efectos favorables para dientes y encías.

Una costumbre muy recomendable es cepillarle los dientes a tu amigo una o dos veces por semana. La primera vez puede ser difícil, pero cuando tu mascota se acostumbre, lo aceptará de buena gana. Tenemos cepillos y pastas de dientes especiales a tu disposición, con sabores y texturas que les encantan a los perros. El cepillado semanal limita la aparición de sarro y hace que el aliento de tu perro sea mucho menos fuerte.

El segundo punto importante es el pulido de dientes, que se realiza en la clínica veterinaria con aparatos de ultrasonidos. La frecuencia de estas limpiezas depende de la tendencia que tenga tu perro a formar sarro. Por regla general, los perros de raza pequeña y los de morro chato necesitarán más de una limpieza anual. Los perros de raza grande con hocico común suelen tener suficiente con una limpieza dental al año. Los caniches y sus cruces tienen una tendencia muy marcada a padecer problemas dentales, y se les debe limpiar la boca muy a menudo.

Otras intervenciones dentales se pueden hacer necesarias en varios supuestos: cuando no se caen los dientes de leche, que deben ser retirados para evitar que deformen la boca; Cuando hay una rotura de diente que exponga la pulpa y predisponga a infecciones; y cuando aparece caries, que aunque es muy rara en el perro, es causa de problemas orales serios.