JUSTO A TIEMPO…

Las campañas de castración suelen ser semanas muy intensivas, con mucho ajetreo en el quirófano y un montón de sorpresas en nuestros pacientes. En los estudios prequirúrgicos afloran muchas enfermedades ocultas, y a veces también pasa lo mismo cuando accedes a la cavidad abdominal para practicar una cirugía…

En este caso, la paciente era una conejita que venía a hacer su castración rutinaria, en la que todo estaba aparentemente normal… y al exteriorizar su útero, ¡nos encontramos con esto!

Había un quiste ovárico y una gran acumulación de líquido en el cuerno uterino, lo que se denomina hidrómetra. Si se hubiera esperado un poco más, es muy probable que el útero se hubiera roto, con un altísimo riesgo para la vida de la paciente. Por suerte, sus propietarios tomaron la decisión de hacer su castración preventiva… ¡Justo a tiempo!

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